«Aquí van los niños, por el amor de Dios, no vayan a golpear», grita desesperada una migrante al Ejército de Guatemala que obligó a la Caravana Migrante a retroceder en Canchacán, Petén, al norte del país. Guatemala se convirtió así en el nuevo muro de la Caravana, después de que militares y agentes de Policía disolvieran la pasada madrugada a los migrantes que habían sido retenidos en medio de una carretera a 250 kilómetros de la frontera con México. Al no poder avanzar e incluso tener que retroceder en su sueño de llegar a EEUU, algunas personas perdieron la paciencia y comenzaron a lanzar piedras y palos a los militares hiriendo a dos de ellos. Por su parte, la Policía respondió con disparos de fogueo y con los escudos obligando a los migrantes a sentarse en el suelo antes de ser subidos a camiones para ser conducidos a la frontera, con el fin de ser devueltos a Honduras.

De este modo, las fuerzas militares y policiales cumplieron la orden hecha un día antes por el Presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, para que fueran detenidas las personas que habían entrado «ilegalmente» en el país sin pasar los controles migratorios y, por tanto, tampoco sanitarios ante la pandemia del coronavirus, que obliga a toda persona que vaya a estar más de 72 horas en el país a presentar una prueba negativa de PCR o antígeno de coronavirus.

Giammattei había pedido a los integrantes de la Caravana que «por favor, procedan a regresar», si bien muy pocos le hicieron caso y retornaron de manera voluntaria ante la dureza del viaje en el que hay que caminar diariamente decenas de kilómetros bajo elevadas temperaturas. Por el contrario, continuaron avanzando en dirección a la frontera de El Ceibo con México, si bien dos retenes del Ejército y la Policía les impidieron el paso y ya de madrugada los trasladaron a la frontera.

El Instituto Nacional de Migración de Honduras informó que, en total, fueron retornados 533 migrantes de ese país, de los cuales 364 son adultos y 169 niños y niñas. Lo hicieron a través de las tres fronteras que separan ese país de Guatemala: Corinto, Agua Caliente y El Florido.

No obstante, esta cifra supone únicamente una pequeña parte de las 3.000 personas que, según el Instituto Guatemalteco de Migración, entraron en el país con la nueva Caravana Migrante que partió este miércoles de la ciudad hondureña de San Pedro Sula. Pese a que se esperaba que al día siguiente entrara una nueva Caravana con otras 3.000 personas, finalmente, nunca llegaron, ya que, según el Gobierno de Guatemala, «desistieron».

Por notiarepa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *